Creo que hace unos días que no me asalta la incredulidad apenas abro los ojos al despertarme en esta, mi casa. Creo que ya me muevo por ella y le pongo y le saco cositas como dueña y señora y con menos asombro. Creo que ya no pido permiso al universo para tener tener tener tener (lo de "ser" lo seguimos hablando).
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