Me gustó esta serie desde el principio porque madre e hija protagonistas y porque madre blanca e hija negra me identificaba. Me gustaron mucho las dolorosas variantes de la madre adolescente y la hija rebelde que fueron apareciendo y me fueron poniendo de un lado y de otro. Lloré de emoción y de angustia con los dos amores hermosos de Ginny y con el dolor y la valentía de Georgia. Los personajes del padre y del hijo varón tb están muy bien y el amigo del bar me partió el corazón. Paralelamente las amigas de Ginny y sus conflictos escolares no son nada clichés ni bobos. Ni les cuento sobre Paul y la frase final de Georgia: "Me aterra la felicidad. Desconfío de la felicidad." Parece que habrá tercera temporada.
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