Me atajaron una madre y un alupni, menos mal porque si no me quedaba sin dientes también. Pero seguí, no era cosa de arruinar la salida. A mediodía me trajeron hielo y un actrón, ya estaba hinchado pero seguí. TRes horas de feria del libro y vuelta a casa. En el micro no bailé, ojo.
Ahora voy por el quinto día de reposo (o casi).
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