Odio a las madres de ninies en zoom. ¿No se dan cuenta de que me doy cuenta cuándo son ellas las que me contestan los mensajes y no eses mostris que tenemos por hijalupnis?
¿Conocen a algún ninie de 14 años que sea capaz de escribirle a su profe por classroom: Me gustaría que en la reunión nos ayudes un poco con la tarea? Estas madres no saben nada de cronolectos o hablan tanto que jamás han escuchado a sus hijes como para imitarles.
Querida señora, los 12 o 13 años son buen momento para que deje a solas a su hije en zoom con la vieja de lengua.
Profe, su celu está acoplando con su compu y nos rompió los oídos. Perdón.
¿Llueve en la casa de ustedes también? Sí, profe, rellueve acá. Qué bueno: estamos en el mismo planeta y al mismo tiempo.
Profe, explicá de welta lo que nos explicaste en el video. ¿Què tema era? No sé, lo del último video. Ay, neni, vos te creés que yo sé lo que expliqué en cada video de cada curso? Ni sé cuándo estoy haciendo videos para la escuela, para presentar mi libro, para la clase de guitarra, la de flamenco o la de cante.
Me da mucha risa cuando mis alupnis tienen miedo de mis arranques de entusiasmo o cuando sus xadres me buscan para consejos xaternos, pero lo que más me hace reir las medias es cuando mis colegas me indican qué puedo y qué no puedo decir en reuniones presenciales y/o virtuales. Como si una se hubiera sarpado alguna vez...
Mirá que es un grupo para transmitir información "que baja" no más, eh. No es para hacer catarsis. Como si una, que detesta a los griegos, anduviera por la vida haciendo esas cosas.
¿No tienen cámara o no quieren prenderla para que yo no les vea? Yo tengo, profe, pero no la prendo porque no soporto verme. Ah, bien, tranqui, no se me había ocurrido.
No sé por qué el libro se llama Las mil y una noches porque Sherezade está 860 noches contando historias. (???????) No hay remate, no pudimos saber si se le había caído un tomo o medio pdf.
Me levanté de terror. Ni sé qué horribles pesadillas cotidianas (son las peores) tuve pero sabía que todo estaba mal del otro lado del sueño. Malhumorada, odiosa, puteante, no quería entrar a los benditos zoomasco del lunes. Pero no fue tan malo. De a poquito fuimos transcurriendo. La lluvia me ha mejorado. Mis alupnis silencioses, fantasmátiques, tristes como yo, perdides en pantallas como yo, me fueron consolando.
Avisos de familias enfermadas, casos de pánico adolescente, excusas de preces, confesiones de alumnis desmotivades. No hay cuerpa que aguante. Y yo tratando de alfombra mágica y Simbad el Marino. Titánide.
En momentos de depre, cómo extraño el pan con manteca.
Me gustan ahora los días de lluvia porque parece más que estamos protegides que encerrades.
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