Qué desilusión esta ucronía con la que me hice tantas ilusiones. Empezó muy bien pero en su tercera parte, cuando Atahualpa llega a Europa se transforma en la misma crónica épica de siempre con reyes, reinos, batallas, arreglos matrimoniales y toda la misma porongada que ya conocemos. Ni siquiera la ley de tolerancia entre religiones que impone el hijo del Sol parece cambiar mucho la europeidad patriarcal sea como invadidos o como invasores.
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