Voy llegando a la escuela y unos pibes, varones, colgados de la ventana, no los veo del todo, supongo que son del año pasado a los que no llegué a conocer del todo, gritan: Ahí viene la que dice todes. Eh, eh, todes, todes.
Por un lado me causa mucha gracia y me enorgullezco de mi propia leyenda escolar pero, por otro lado, ¿no es un poco pobre como cualidad para definir a cualquiera? ¿Tan extraño puede resultarles a esta altura del partido esa sola palabrita? ¿Tan pichón de machito cagado en las patas se puede ser a los 13 años? Al final me deprimí.
Hoy usé misme, describite a vos misme fue la consigna. Para que no me encasillen con que siempre digo todes.
Alumnes la evito porque me sale el "alupnes" paródico y porque lo de "sin luz" etimológicamente me parece devastador. Les estudiantes está muy bien.
Pelear por mi derecho al lenguaje inclusivo me quita energías para pensar en mis propias dificultades y limitaciones para amillonar y expandir mi propia lengua.
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