domingo, 10 de noviembre de 2013

Quiero mi autoficción fantástica

Autoficción es un término usado para referirse al pacto ambiguo entre la autobiografía y la ficción. Se caracteriza en que narrador, protagonista y autor se identifican como un mismo individuo.
Las dosis en que se mezclan el pacto autobiográfico y el novelesco son tan diversas como sus autores. Sin embargo, Manuel Alberca, investigador del género en la literatura española e hispanoamericana, propone una tipología de la autoficción, basándose en la “implicación, integración o superposición del discurso ficticio en el discurso autorreferencial o autobiográfico y viceversa”.1 De modo que enumera 3 tipos de autoficción: la autoficción biográfica, donde se confunde con la autobiografía y la novela autobiográfica; la autobioficción, donde ambos pactos están equidistantes y la ambigüedad es plena; y la autoficción fantástica, donde la invención cobra mayor importancia que la biografía.

El término autoficción

El término es inventado en 1977 por Serge Doubrovsky2 y desde entonces han evolucionado diferentes propuestas de definición, así como las obras que se proclaman a si mismas de autoficción. Manuel Alberca se refiere a él como la ambigüedad que parece más cercana a "lo novelesco" y sin embargo conserva algo del "pacto autobiográfico".
"El pacto autobiográfico y el pacto novelesco en los extremos del pacto ambiguo. Establecido entre ambos, el pacto autoficcional resulta de la implicación, integración o superposición del discurso ficticio en el discurso autorreferencial o autobiográfico en diferentes maneras y dosis".
'’'Manuel Alberca (1996a: 13)

En el campo de la literatura son varios los escritores que se declaran a si mismos como precursores de este género y otra buena cantidad de estudiosos del tema: Marie Darrieussecq, Vincent Colonna, Philippe Gasparini, Philippe Forest, Manuel Alberca, José María Pozuelo Yvancos, Martina Wagner- Egelhaaf, Geneviève Champeau, Catherine Orsini-Saillet, Domingo Ródenas de Moya...
En el mundo del cómic o historieta los autores autobiográficos usualmente llevan a sus alter-egos a “vivir” aventuras ficcionales. Lewis Trondheim y Sergio García, en su libro Cómo hacer un cómic, sugieren a los principiantes recurrir a la autobiografía: “Es un buen ejercicio para empezar a hacer cómic”, pero inmediatamente advierten que puede no ser muy interesante y recomiendan “hacer trampas, mentir con la realidad para conseguir un mejor resultado. Eso se llama autoficción”.
En palabras de diferentes disciplinas, supone un triunfo a la subjetividad al reconocer la experiencia personal como fuente principal de inspiración y creación. .
“...me dejo conmover, excitar, impresionar y emocionar por mis experiencias reales, pero las interpreto, extraigo su centro y las deformo de acuerdo a mis necesidades y a mis deseos. Y ya que el arte no es sólo irrealidad, sino también expresión, las expreso. Mas no deseo expresar ni lo que sé, ni lo que veo, sino por encima de todo lo que siento.”


Angélica Liddell, Escrito sobre el teatro de la pasión.


Tomado de la wiki.

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