Azul. Lugar recuperado: Era un mercado, ahora es un centro cultural con amplio espacio de muestra plástica y sala al fondo.
El escenario, a la altura cero del suelo, muestra objetos y herramientas de obra en construcción. Atravesando este espacio descuidado, sucio y desprolijo, provoca una antítesis muy interesante, la entrada, una por una, de mujeres en ropa interior que se acercan hasta las gradas del público y le cuentan intimidades de recién levantada.
Luego de la pasada inicial (geniales cada personalidad y cada historia), las cuatro obreras se encuentran en su lugar de trabajo. Magníficos los diálogos y la presencia sugerida de cada vida dramática, llena de conflictos sin resolver. (Mi preferida es la flaquita enamorada del hombre de la ferretería, la que cuenta la muerte de su madre).
Lo que ninguno de nosotros entendió fue qué pito tocaba la entrada del mendigo, personaje masculino, medio músico, que cerró la obra. ¿El tipo estaba igual de perdido que las mujeres con su amor frustrado? ¿El tipo se vuelve centro y consuelo de las vidas de las mujeres que ahora se ocuparán de él?
Tampoco sabemos qué significa el título. Pero estuvo genial. Me encantaron las partes musicales de las chicas: cuando bailan cumbia, cuando una de ellas canta "Tú no podrás faltarme cuando falte todo a mi alrededor".
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