No sé cuántos nos vimos esta tarde ni cuántos ya habíamos visto por la tele salteados. Hay algunos medio chuecos, el del ogro por ejemplo que ni fu ni fa. No me gustan los que no puedo relacionar con un cuento en particular. Me encantó, en cambio, el del flautista de Hammelin.
En general, la idea me gusta tanto como para sobrepasar mi desagrado por los policiales.
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