miércoles, 29 de septiembre de 2010

Beowulf

Me gustó. Las míticas, las èpicas tienen para mí un encanto mágico, un sabor a leyenda, a verdad, que me atrapa.
Ésta, al principio me jodió un poco con las imágenes de video juego pero se gana todos los aplausos en las secuencias del dragón.
Las personajas se muestran como maldiciones, demonios, reinas, amantes o prostitutas siempre en su lugar y son la fuerza de la decisión y la certeza mientras los personajes masculinos juegan a ser héroes llendo y viniendo, mostrando los músculos y el orgullo, perdidos entre la seducción del poder, la fama y las tetas.
Detalles: Se dice dos veces que el demomio no tiene pene (¿por eso no se sabe dónde matarlo?) y cuando Beowulf se desnuda y permanece en ese estado toda la batalla siempre hay alguna cortina, tabla o ¿jarrón? que se nos interpone entre su cosita y la vista.
Perturbador lo de matar a los hijos que son monstruos engendrados por el hèroe mismo. En la esceba contra el dragón se defiende a dos mujeres amadas, unidas ellas mismas a pesar de compartir hombre y se destruye al "engendro". (Mi cercanía con adolescentes me hace destacar este miedo, rivalidad, desconocimiento del padre acerca de aquello en lo que el hijo se ha transformado)

2 comentarios:

Laura Ponce dijo...

>"este miedo, rivalidad, desconocimiento del padre acerca de aquello en lo que el hijo se ha transformado"

Qué interesante que es ese tema! Da para mucho contar y analizar...

Paula Irupé Salmoiraghi dijo...

Sip, hay que hacer fuerza para bancárselo, como madre y como hija, desde la visión d emis hijos e hija, desde la mía, desde los adolescentes que veo luchar con sus progenitores y el odio "al joven" de tantos adultos (padres y docentes) que andan sueltos.

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...