Fragmento de la novela de Lucía Etxebarría
"Muchas mujeres educadas como católicas han tenido la sensación de que era urgente cometer pecados y se han pasado años encadenando aventuras. Quizás ella era sí, quizás caminaba llena de esperma, sientièndose carnal, quizás el sexo se convirtió en una experiencia mística que era una gracia de los hombres, lo mismo que a Santa teresa de Àvila era Dios el que le concedía el éxtasis. Yo no puedo saberlo, sólo puedo imaginar, pero estoy segura de que ella se empeñaba en acumular hombres por pura rebeldía, no por verdadero deseo."
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