jueves, 13 de agosto de 2009

Novelas de Dan Simmons


Ilión + Olimpo: O-M-F-G

Archivado en: Libros, Rodrigo Mundaca


Tomado de Tauzero. http://www.tauzero.org/2009/08/ilion-olimpo-o-m-f-g/



De tiempo en tiempo aparecen votaciones realizadas por diversas publicaciones para elegir al villano más villano de todos los tiempos (Darth Vader o Anibal Lecter), o a la mujer más hermosa de todo el sistema solar (Angelina Jolie o Megan Fox), la película más increíble de toda la galaxia (The Dark Knight) o el comic definitivo de todo el multiverso (Watchmen). Etc, etc, etc.

El punto en común en todos estos rankings es que los ganadores tienen la ventaja de ser personas u obras que están en la retina de los votantes. Vigentes en los medios, con buen marketing, etc. De modo que los votantes estarían más o menos predispuestos a elegir a Megan Fox por sobre, digamos una Audrey Hepburn o Gene Tierney .

En esa lógica, considerando que la historia que pretendo reseñar es una lectura reciente, podría caer en el mismo vicio, aún no queriéndolo…

Personalmente tengo algunos hitos en mis lecturas de género. El primero de ellos fue Non Stop de Brian Aldiss, La Guía del Autoestopista Galáctico de Douglas Adams e Hyperión de Dan Simmons.

Con Hyperión quedé particularmente perplejo. Digamos que una novela típica de género gira en torno a unas pocas (o única) premisas, y en donde el autor se esfuerza por sacarle el jugo, muchas veces fracasando miserablemente. ¿Y qué encontré en Hyperion? pues absolutamente de todo: ciencia dura, religión, inteligencias artificiales, viajes en el tiempo, teletransportación, guerras y hasta mesianismo estelar. Un cóctel de tópicos mezclados en forma tan habilidosa y atractiva que uno simplemente se devora las cuatro novelas que componen el ciclo.

Y al final uno se dice ¿Y ahora qué?

Pasaron algunos años y entonces leí Ilión. Y reventó el mundo.

Hay que conceder que al principio es una lectura que desilusiona “un poco”, en el sentido que hay evidentes paralelos entre Hyperion e Ilión, similitudes de forma y hasta en las motivaciones de sus personajes. Pero afortunadamente esta “auto-copia” no deja de ser algo anecdótico y olvidable en pocos capítulos.

Pero vamos viendo de qué va la historia (muy aproximadamente para evitar spoilers):

La narración comienza en la voz del Thomas Hockenberry, un doctor en literatura clásica cuya vida y muerte ocurrió a fines del siglo XX y principios del XXI. Por algún medio desconocido, es revivido en un futuro (o pasado) lejano y es obligado a oficiar de corresponsal de guerra en lo que parece ser exactamente la Guerra de Troya, en la descripción que Homero. Los aqueos intentan hacer caer la ciudad de Troya y recuperar a Helena, los troyanos desean impedir el fatal destino y los dioses olímpicos se divierten haciendo de las suyas, jugando con los humanos como quien juega ajedrez con las hormigas. Hockenberry entonces debe observar la guerra, documentar los hechos e informar a los dioses, contrastando las observaciones de campo con su background teórico del poema de Homero. Todo parece indicar que la acción se ajusta casi exactamente a la narración de la Iliada, una coreografía insana y descomunal. Los dioses desconocen el futuro y están conscientes que Hockenberry (y otros estudiosos) sí saben cómo acabará la historia, pero no pueden indagar por prohibición de Zeus.

Hockenberry reflexiona sobre el rol que le han impuesto los dioses, a quienes les debe obediencia absoluta so pena de ser asesinado sin más trámite; se da cuenta de lo delirante de su labor; observa los eventos fantásticos que tiene que presenciar cada día; se maravilla de la fabulosa tecnología que es el origen de la divinidad olímpica y, finalmente, se atormenta con los flashbacks que de cuando en cuando le recuerdan que alguna vez tuvo familia, hijos y una vida normal. Todos estos ingredientes se mezclan y obtiene una única respuesta: Decide rebelarse y empañarle la fiesta a Zeus y su tropa de olímpicos. Una medida desesperada y condenada al fracaso, y él lo sabe…

En otro frente narrativo, se relata la historia de una sociedad humana, hedonista e ignorante, que vive indolentemente el día a día. Todas sus necesidades son atendidas desde hace miles de años por ayudantes robóticos de origen desconocido y nada parece alterar el orden de la sociedad, exceptuando esporádicos alosaurios que atacan y se comen a los humanos demasiado despreocupados… aunque esto tampoco parece ser problema, pues existen mecanismos para recuperarse de semejantes eventualidades. En principio una sociedad insípida de la que no podría decirse mucho…

Un tercer frente lo compone la colonia de robots llamados moravecs que viven en los satélites de Júpiter y Saturno y que al parecer corresponden a la evolución de lo que alguna vez fueron precarias inteligencias artificiales construidas por la humanidad. Estos robots están particularmente interesados por lo que ocurre en el planeta Marte, lugar de origen de cierta actividad de naturaleza cuántica que provoca un desequilibrio en las variables fundamentales de la realidad…

Casi con certeza, cada uno de estos frentes narrativos por sí solos serían capaces de proveer el marco necesario para desarrollar una historia de género “normal”. Pero Simmons toma estos tres mundos y los mezcla, retuerce, estruja y estira a lo largo de cuatro novelas para construir una historia que personalmente considero superior a Hyperion (lo que ya es mucho decir).

No hay que asustarse por el exceso de conceptos y de historias paralelas que parecen no hilvanar nada coherente, o por la multitud de cabos sueltos que no se sabe cuando van a cerrar. La recomendación es simplemente suspender la incredulidad y leer. Las imágenes mentales que la narración sugiere son muy fuertes y entretenidas. Si hasta uno termina queriendo leer a Homero, Proust y Shakespeare, autores fundamentales en la historia.

En la escala de 1 a 7, le doy un 7 :)

Titulo: Ilión I (El asedio), Ilión II (La rebelión), Olympo I (La guerra), Olympo II (La caída)
Autor: Dan Simmons
Editorial: Ediciones B (Colección Byblos y Nova)

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