Excelente película. Hermoso escuchar el francés y ver los trajes del siglo XIX. Hermosa Asia Argento, las imágenes y la construcción de la historia. Pero ya no me gusta creer en los amores trágicos, en los destinos trágicos del amor, en la pasión como correinte de agua o de fuego que nos domina y nos lleva a donde no queremos ir. Ya no me gusta.
Excelente también el recursos de los chismosos y la vieja abuela que disfrutan de las narraciones de amores ajenos.
Qué bueno ya no desear morir de amor ni estar atada a arrebatos incontrolables, qué bueno desear un amor bueno y saludable, un "amor de supermercado" como tantas veces dije burlonamente y como ahora deseo que sea mi hombre conmigo: dos personas empujando un carrito lleno de paquetes, mirándose con ternura a través de una línea de cajas, un cucurucho de helado o unas manitos pegoteadas de caramelo.
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