Esta mañana desperté a mi amiga Norma a las 10 de la mañana porque yo ya llevaba tres horas luchando con mi cuerpo reventando de deseo y mi corazón reventando de taquicardia.
Ella dice que es normal, que no soy una pelotuda, dice que dijo Dolina una vez: "No podemos evitar enamorarnos de quien no nos quiere, pero podemos evitar ir a golpearle la puerta."
¿Podemos?
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