Hoy a las 3 de la madrugada terminé Ave del paraíso: una maravilla de emociones, imágenes y desesperación literaria, un universo lleno de comparaciones y oposiciones desatadas que no sabés cuando va a explotar porque cada página está al borde. Y sí, explota, en todos los sentidos. El final, los finales, las diez últimas páginas en las que te desesperas sin saber ya ni qué deseás que pase, son un fulgor.
Después de estas contratapas y haber deglutido Ave del paraíso en una semana, quisiera leerlos todos a la vez.
Mi segundo Oates. Me estuvo esperando desde 2002. El señalador decía que había leído hasta página 58 pero nada en mi cabeza. Ahora, después de Ave del paraíso, me parece genial.
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