Ayer recibí anuncio de la extensión del plazo de recepción de resúmenes para las Jornadas del Norte en la UNJU. Se me abrió de nuevo la posibilidad de mandar un segundo resumen (ya envié sobre poesía zapoteca) y pensé en escribir sobre Nuestra parte de noche que tiene tanto y tan bueno para decir.
Pensé en algún título de los que me a mí me gustan, encontré una frase linda con la palabra "curiosidad" marcando la unión entre lo épico y lo cotidiano y, ahí, al toque, al lado de mi deseo del gótico y lo ominoso para hablar de Gaspar y de Juan y de Talita y de San La Muerte, se me vino el titulito de gótico andino que le están poniendo a algunas narraciones contemporáneas. Y me dije: por qué no un gótico mesopotámico? Así que se me ocurrió que toda esta zona en la que vivo es "entrerriana", aunque Buenos Aires y Montevideo la jueguen de puertos y de "rioplatenses" en diferenciación con Río Paraná y Uruguay, a mí me gusta ver que todes estamos fluvialmente marcades y que hay un fantástico del agua y un terror de lo anfibio que me gustaría teorizar.
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