EL GÉNERO. UNA FORMA DE PRISIÓN
(Un texto de #CristinaPeriRossi)
Yo tenía cinco años. La maestra escribió en la pizarra: "Todos los hombres son mortales". Sentí un enorme alivio, un gran regocijo.
Esa tarde, cuando salí del colegio, corrí a mi casa y abracé muy estrechamente a mi madre.
"-Qué suerte, mamita, ¡tú no te vas a morir nunca!" le dije, arrebatadamente.
"-¿Qué?" preguntó mi madre, sorprendida.
Me separé apenas de ella y le expliqué:
-La maestra escribió en la pizarra que los hombres son mortales.
Y tú eres mujer!. Por suerte, eres mujer, dije y volví a abrazarla.
Mi madre me separó tiernamente de sus brazos.
-Esa frase, querida mía, incluye a hombres y mujeres.Todos y todas moriremos algún día.
Me sentí completamente consternada y desilusionada.
-Entonces, ¿por qué no escribió eso?: "Todos los hombres y mujeres son mortales"?, pregunté.
-Bueno- dijo mi madre, en realidad, para simplificar, las mujeres estamos encerradas en la palabra "hombres".
-¿Encerradas?- pregunté-. ¿Por qué?
-Porque somos mujeres- me contestó mi madre.
La respuesta me desconcertó.
-Y por qué nos encierran? le pregunté.
-Es muy largo de explicar-, respondió mi madre-. Pero acéptalo así. Hay cosas que no son fáciles de cambiar.
-Pero si digo "todas las mujeres son mortales"... ¿también encierra a los hombres?
-No- contestó mi madre. Esa frase se refiere sólo a las mujeres.
Me entró una crisis de llanto. Comprendí súbitamente muchas cosas y algunas muy desagradables, como que el lenguaje no era la realidad, sino una manera de encerrar a las cosas y a las personas, según su género, aunque apenas sabía qué era género: además de servir para hacer faldas, el género era una forma de prisión.
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