Si este verano fue la primera vez en mis 51 años de vida en que tengo noción, percepción, planeamiento del invierno (con leña, salamandra, podas y cultivos), entonces anoto que elimino el llanto por el enero perdido, las vacaciones terminadas y el inicio de la paja escolar porque jubilación no avanza.
Hoy, 10 de febrero, digo que mi vida es una continuidad y pienso seguir tocando la guitarra, bailando, leyendo, escribiendo, componiendo, cantando durante cada minuto.
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