lunes, 13 de agosto de 2018

La casa y la monstruo

Odio el realismo (salvo el mágico o sus variantes post de construidas) y que mis sueños parezcan continuación del día es el peor bajón.

El viernes llevé a la Sil a ver la casa de mi vieja que se vendió y la están remodelando. En el sueño de anoche yo me avivaba de que entre las ruinas me había olvidado libros tan valiosos como algunos tomos del tesoro de la juventud y le pedía a la nueva dueña que me los devolviera y me llevaba esos y otros que no estaba segura si eran míos pero me los llevaba igual. Después veía que de un charco grande o la zanja o una laguna del terreno salía una cosa anfibia que yo sabía que era mi mamá. Mi hermana menor se quejaba de que yo siempre veo en sueños a nuestra madre muerta y ella no y yo le explicaba que es porque ella no sabe mirar bien, que eso que salía del agua era mami y no un perro mojado ni un pez loco ni una sirena fea como los españoles les decían a los manaties que encontraron en América.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...