26 octubre 2012
DIOS ES UNA CASA
Por Javier Calvo
Tengo por costumbre no escribir sobre los libros que traduzco, creo que por una razón comprensible: trabajo con muchos editores, todos magníficos, y no me gusta dar publicidad al trabajo de unos sobre el de otros. Sin embargo, he decidido hacer una excepción con La casa de hojas de Mark Z. Danielewski (de próxima publicación en Alpha Decay/Pálido fuego), por varias razones. No solamente porque es un libro absolutamente extraño y fascinante, y además uno de los más divertidos de traducir que me he encontrado nunca. Principalmente quiero escribir unas líneas porque conozco la historia de este libro, el fanatismo de sus seguidores y su capacidad para generar controversia y hacer correr ríos de tinta en las redes. Conociendo también la escena literaria española, imagino que el libro dará que hablar, aunque sea en un contexto restringido, y me apetece adelantarme a cualquier posible debate con mis propias opiniones. En los doce años que hace que se publicó la primera edición en Estados Unidos, ha habido en nuestro país varios intentos de publicar esta obra (yo por lo menos tengo conocimiento directo de varios), frustrados por cuestiones diversas asociadas con adelantos, costes de producción y demás, y el anuncio de su publicación final a través de un consorcio de dos editoriales independientes despertó el año pasado cierta expectación entre los aficionados españoles a la literatura estadounidense. Estoy convencido de que la edición española no defraudará esa expectativa. Personalmente no me convence demasiado la dirección que Danielewski tomó después de La casa de hojas, pero es imposible no reconocer la originalidad y el interés de su obra de debut.
La casa de hojas es famosa por varias cosas. En primer lugar, por su uso complejo y profundo del formato del libro. De hecho, pese a que en muchos sentidos es una de las cimas del hipertexto literario, La casa de hojas me parece absolutamente inimaginable en formato electrónico. Es un libro irreductible al e-book. Sus múltiples cadenas y niveles de autorreferencialidad se apoyan firmemente en su condición de falso aparato de notas a una falsa disertación académica, con los distintos niveles de metatextualidad señalados con cambios de tipografía y color de la tinta. Por otro lado, los vínculos entre cadenas de apéndices al texto o notas al pie a menudo están rotos, de la misma manera que el texto está incompleto y constituye en todos los niveles el opuesto del formato académico que él mismo satiriza. Además de esto, La casa de hojas es famosa por ser de las pocas obras mainstream de los últimos tiempos que han empleado con éxito “texto liberado”, por usar la expresión de Marinetti, es decir, que no tiene una maqueta preestablecida sino que crea continuamente caligramas y dibujos con el texto. Por último, y esta es una de las peculiaridades de la novela de Danielewski que le han conferido una extraña e inquietante segunda vida en Internet, La casa de hojas está plagada de supuestas “claves secretas” dentro del texto, escondidas en forma de anagramas, acróstico y acertijos, que sus fans discuten acaloradamente en los foros que el propio autor, con gran astucia, ha ido abriendo en Internet a lo largo de los años. Todas estas razones han convertido La casa de hojas en el gran libro-objeto de la narrativa americana de las últimas décadas, en sus distintas ediciones (la primera edición americana, por ejemplo, no incluye una buena parte del material de los apéndices, mientras que existen ediciones expandidas y con distintos patrones de colores de tinta). El hecho de que esta condición de libro objeto se tenga que retener en las distintas ediciones traducidas a otras lenguas es en gran medida la clave de las dificultades y costos que plantea su traducción.
Tomado de http://elblogdejaviercalvo.blogspot.com.ar/
2 comentarios:
Hola! tu blog es genial! quisiera saber si de alguna forma sabrias donde descaragar el libro de Lacasa de hojas en pdf, me eh quedado inquieta al leer la reseña y no se donde conseguirlo digital :c
Saludos! gracias de ante mano.
Hola, gracias. No, ni idea en pdf. Me hiciste acordar que nunca lo conseguí ni en papel así que voy a volver a buscarlo :)
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