Hubiera querido no mirarla pero al final estuvo bien. Ya cuando emezó con la pareja perfecta que va a casarse en la primera escena me la vi venir, pero pensé que sería el clásico hombre que se venga de todos por lo que le sacaron.
Y no, era ella: "la mujer enojada". No una superheroína de latex, una mujer chiquita, periodista, solitaria, que se compra un arma que no sabe manejar y que nunca toca ni siquiera un poquito el umbral de lo épico. Todo es dolor en su cara y en sus acciones, dolor inevitable. Ella misma lo dice: Esta extraña es todo lo que eres ahora.
Ni siquiera la desvían, ni la curan ni la enloquecen, el éxito en su radio cercano al sensacionalismo ni la complicidad del policía ni su ética periodística. Ella no es ella y su vida ya no es su vida sino eso que quedó después de que le dejaron ese hueco.
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