La lejana patria de la felicidad
El mar me llega por la nariz y los ojos, siempre
Las valijas de mi casa tienen el olor del mar
Las ojotas, como caracoles, tienen el sabor del mar
La malla huele a esa humedad hermosa también
Hace poco descubrí que no puedo estar sin ver el mar
Desde chico siempre fui feliz en sus orillas
Como cuando armaba castillos
O corría en mi fórmula uno de plástico
Años después conocí a mi amor en la orilla del mar
Era medio china y con el pelo mal cortado apropósito
Después le canté Spinetta y nunca más se fue
El mar me llegó hasta el corazón, siempre.
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