lunes, 7 de agosto de 2017

Remarla con Remar en el Sportivo teatral

Ayer fuimos a ver la obra de Saba con Mabel. Hace mil que quería ir como quiero siempre ir a lo que hace el genio de Mariano Saba que todo el mundo sabe como me gusta todo lo que escribe y dirige. Remar no me defraudó: otra vez la alegoría jocosa, los personajes típicos argentinos o casi y llenos de guiños entre lo histórico, lo político, la sarcástico y la tragedia tristona pero dale que va. Muy geniales los tres actores. Me encantó el Poseidón pampeano que se finge esquinal al que le vendieron terrenos pantanosos en alguna clase de cuento del tío por internet, me encantaron sus bigotitos de bagre barroso y su manera de guiñarle el ojo al público mientras defendía la foto decadente de su hijo el cíclope cuando era bebé. Me encantaron los dos remeros muertos de hambre y los nombres de esos lugares medio guaraníes patéticos entre el Delta y Alaska. Me encantaron las referencias a los abuelos inmigrantes y el acordeón y el peligro de recordar o de ponerse excesivamente melancólicos.

El espacio del Sportivo tetral, muy hermoso, aunque nuestra fotos sean muy patéticas.


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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...