Excelente metáfora, la del título de esta peli y del libro que escribe el prota, para aludir al encierro y al desplegar "memoria e imaginación" de un hombre que tras una embolia cerebral sólo puede mover uno de sus ojos.
La filmación y el relato están hechos desde la visión y el encierro en el propio del cuerpo de protagonista y, sin golpes bajos, nos hacen "descubrir" el poco valor que damos a cosas tan valiosas como poder abrazar a nuestros hijos o poder hablar o poder prender y apagar la tele.
Varias escenas para hacer pucheros. Nada de cursilería ni de soluciones fáciles.
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