lunes, 27 de octubre de 2025

Qué lindo despertarse con Santos locos

 

¿Has reenviado este correo electrónico? Regístrate aquí para obtener más

“Los editores damos más o menos lo mismo. Somos una compañía que se borra.”


#8 - Condiciones inmateriales

Notas sobre leer y escribir poesía

 
LEER EN LA APP
 

Una montaña de libros pendientes

En mi casa tengo una mesa grande de comedor, con un mantel. Pero casi nunca la uso para comer, porque como en el sillón. La uso de escritorio. A veces trato, igual, de mantenerla más o menos ordenada, pero otras veces se descontrola y queda llena de pilas de libros.

El otro día me puse a ordenarla y empecé a encontrar un montón de libros de poesía que este año fueron llegando a mí (algunos los compré, algunos me regalaron, o terminaron conmigo de diferentes formas) y que no leí todavía. La mayoría los empecé, me gustaron y por eso los dejé en la mesa para leer pronto. Y ahí quedaron, medio perdidos entre otro montón de cosas. Estaban medio camuflados entre otros libros que siempre terminan en la mesa porque los releo siempre, que son los que uso para dar taller.

Ahora armé una pila de libros pendientes y la dejé separada, ordenada, con la intención de irlos leyendo de acá hasta que termine el año. Es una pila muy linda porque los libros de poesía en general son chiquitos, coloridos y diferentes unos de otros, así que ahora la veo todo el tiempo y me pone contenta.

Hace poco alguien me preguntó qué había hecho para “publicar tantos libros de poesía” y no supe bien qué contestarle, dije algo así como tratar de que me conocieran otros poetas, conocer editores, mostrar lo que escribía. Pero después pensé que lo que debería haber respondido es que todo lo que hice en estos más o menos diez años que llevo ya escribiendo y publicando poemas es estar todo el día pensando en escribir poemas y, cuando eso se vuelve difícil, estar todo el día medida entra las montañas de poemas que escribieron otrxs.

No voy a mentir, la pila de libros por leer primero me dio un poquito de ansiedad (de hecho, en los días que pasaron desde que la hice, que fueron más o menos quince, solo leí uno y empecé otro, pero ya se sumaron dos más). Igual me puse contenta porque me los regaló una amiga, que es la autora.

El primer libro de la pila que leí, al azar, se llama Planetas habitables y es de Elisa Díaz Castelo, una autora mexicana. El poema que más me gustó tiene muchas páginas y está escrito en prosa, son una serie de pensamientos sobre el mar. Ese libro lo compré en la FED porque me lo recomendó un amigo que estaba atendiendo el puesto de la distribuidora. Hay algo lindo que pasa sobre todo con los libros de poesía que es que en general llegan siempre así, entre charlas y regalos y coincidencias.

Ahora estoy leyendo el segundo, que es Las posibilidades de Edurne Batanero. Ese tiene una historia muy linda porque a ella la conocí este año en Madrid, quería leerla pero no pude conseguir su libro, me lo envió a la casa donde yo estaba cerca de Barcelona y no llegó a tiempo. Pero por suerte un amigo, que también es poeta, me lo pudo traer, y al fin después de meses el libro llegó. Apenas lo recibí leí en desorden algunos poemas y me gustaron mucho, pero ahora lo estoy leyendo del principio al final, como se debe.

Estos son algunos de los poemas que más me gustaron:

Dibujar una casa

Siempre he vivido en un piso
y no aprendí a dibujarlo,
solo casas solitarias
con ventanas vacías,
yo ni siquiera estaba en ellas
el único rostro, el del sol.

Ninguna pared con pared
ni techos que son suelos.


Entre los dientes

Alguna vez que me comunico mal
siento que no he prestado
la atención que tú necesitabas
por no descansar suficiente,
tener hambre,
el ritmo de los días
o porque me cuestan ciertas cosas,
errores comprensibles
de las vidas que llevamos.
Deseo convertirme
en una perra que transporta
en la boca todo lo que tiene
y lo controla firme entre sus dientes
sin herirlo.


Cambiar el mundo es mi forma de rezar

Me enternece
quien reza por alguien
como me enseñaron en el colegio
creer en algo y compartir
su protección.

A quienes no creemos en religiones
nos queda pedir a nuestra acción
yo lo hago
por mi y todas mis compañeras
como aprendí en el patio.

Así que estoy contenta porque voy avanzando con la lectura, pero todavía tengo un montón de libros por leer en mi pila.

Si no fueran de poesía, a lo mejor me parecerían un montón, y leerlos una idea abrumadora. Pero una montaña de libros de poesía no es abrumadora. Es más parecido a saber que tenés la agenda de los próximos meses llena de juntadas con amigxs. Es como tener la seguridad de que, por un tiempo, no va a faltarme buena compañía. El tipo de compañía que nunca me abandona y que hace que escriba.

Tamara


Hasta acá llegamos por hoy. Me despido con una invitación. Como ya sabes tu apoyo nos permite seguir haciendo cosas como esta que estas leyendo. Nos ayudas suscribiéndote acá o podes comprarnos un cafecito o aún mejor podes comprar los libros en cualquiera de nuestras librerías amigas.

Gracias por leer <3


Gracias por leer esto, leer poesía y por leer en líneas generales.

“La poesía no está divorciada de mundo. Para mí la estética siempre va ligada a la ética.”

Ana Luísa Amaral

 
Me gusta
Comentario
Restack
 

© 2025 Santos Locos Poesía
Buenos Aires - CP 1424
Cancelar suscripción

Descargar la appEmpieza a escribir

No hay comentarios:

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...