domingo, 2 de febrero de 2025

Más flamenco y nuevo folklore

 El viernes pasado fui por primera vez a EDC, un estudio de danza en Del Viso donde da clases de flamenco Leila Pajón, amiga y recomedada de Lu y Nico. Me encantó el intensivo por tientos de 1 hora 40. No sé cómo aguanté, en un momento sentí que no podía más, pensé que eran mis 40 minutos de exección como en otras clases y seguí, seguí, montamos toda una llamada y una letra completa. Y yo me fui pensando que soy lenta, que no puedo, que la cuerpa no me responde, que no muevo los tacones lo suficeinetemente rápido ni levanto los brazos con suficiente energía. Claro, porque me meto en lugares y oportunidades que no van con mi experiencia o mi edad, porque nunca voy a lo seguro y me exijo tanto, me verdugueo tanto, las otras minas tenían todas al menos 10 años menos que yo y estoy segura de que la mayoría tenía 20 menos, bailaban con Leila desde antes de este día en sus clases anuales salvo otras dos de las cuales una era bailarina clásica y folklórica (20 años debía tener) y la otra había bailado desde chica hasta que tuvo a su bebé hacía 5 años dijo. ¿Por qué me comparo y me veo gorda, vieja que sería lo de menos pero, lo peor, lenta, dura, tímida? Lo más gracioso es que no desaparece mi deseo de bailar. Y encima flamenco que requiere tanta técnica y tanta fuerza y tantas dificultad. Las conchus ni se asoman cuando les digo si quieren venir, ni se ponen en el lugar de mirarse así al enorme espejo de la sala o de aprender una coreo en una hora cuando la cabeza no te da. Bueno, ya lo escribo acá y me entiendo.

Hoy, además, me acabo de anotar a dos talleres, intensivos también, en lugar y profe nueva, de cueca y de zamba. Me hace ilusión bailar zamba. Por ahí en el añ, en los anuales, también me enganche con danzas "peñaeras" como la chacarera y el gato que ya casi me sé. Qué lindo, me gusta imaginar mi cuerpa danzando, ágil, liviana, libre. Si me gusta, lo hago. Y espero no autojoderme más con las críticas.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...