Anoche estaba tomando mi sopita de arroz con el pelo mojado en la cama, lista para tejer mirando "¿Cuánto pesa la sangre?", serie que voy siguiendo ya por temporada 3, cuando el neflix me dice que hay muchos aparatos conectados a mi cuenta. Pienso en mijito en el fondo y en mijita en su casa y me pone muy contenta saber que están detrás de su pantallita tipo Faibel tecnologizado y sin luna.
Y como acababa de terminar una novela y había estado ya leyendo libro teórico de Pardo Bazán para escribir monografía, agarré mi celu para ver qué había de nuevo en el feis o el insta. Me puse a escuchar un par de podcast que tenía pendientes y alguno muy bueno y alguno muy malo me llevaron a googlear cómo se hacían. Pensé que era más complicado, pensé que no iba a poder, que iba a tener que estudiar cómo o conseguir micrófonos u otras tecnologías. Pero no, a las 12 de la noche estaba grabando como si hablara con las conchus en el wasap. Me costó unir foto. título,descripción y audio pero en una hora estaba.
Y hoy me levanté recaliente con todo lo que quería decir y no con los impedimentos técnicos. Ya estamos. Feliz de hacer listas, poner títulos, escupir lo que se me ocurre sin guionar, libre, desplegada, mirando la pantallita que avanza en los minutos y mi capacidad de desarrollar tema o idea y cerrar. 15 minutos. Como si fuera una ponencia pero charlada. Me encanta.
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