Por Valeria Pariso
Mi abuela decía que todo
está atado con todo
y que nada debe tensarse tanto
que pueda romperse
ni soltarse tanto
que vaya a caer
y que si uno agarra
con cuidado
la panza de una hormiga
que está en una hilera
de hormigas
y la toma con las puntas de dos dedos
sin apretarla ni asustarla
entonces
todas las hormigas
de la hilera de hormigas
se vendrán con ella
y así
si uno pasa una hilera de hormigas
por el ojo de una aguja colchonera
puede coser, sin duda,
con ese hilo marrón
larguísimo de hormigas
todas las selvas del mundo.
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