Muy buena. Qué hijos de puta los maridos (y las madres funcionales al sistema) del 1700. Y después dicen que feminismo y machismo son dos caras de la misma moneda. A ver si reparar tanta injusticia ahora es lo mismo que un prejuicio que sostiene el poder.
Ojalá las mujeres del 2200 vean nuestros pequeños avances de hoy como algo monstruoso que ellas ya dejaron atrás.
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