viernes, 28 de mayo de 2010
Malú Urriola, CF y otros márgenes
Foto: Iván Thays
¿Qué margen?
En una Mesa Redonda (en Puerto Rico las mesas redondas son realmente redondas y con un no sé qué de informal muy chic) donde es difícil sacarle el micrófono de Paco Ignacio Taibo II (cigarrillo en mano, nada chic), se discutió sobre Literatura y Márgenes, escribir desde la periferia. Una mesa capital para entender la literatura latinoamericana actual y para dividir el encuentro en dos mundos, dos generaciones o dos maneras de enfrentar la escurridiza realidad (aunque Caparrós no esté de acuerdo con el adjetivo). Opiniones de fuego cruzado, donde cada uno intento ubicarse lo más cerca del cielo sin perderse las bondades del infierno.
La chilena Malú Urriola, al final, resultó la más marginal de las marginales, sin duda, al confesar que escribe poesía. Argumento irrebatible que ella matiza diciendo que entre las margen y la periferia prefiere ubicarse en el medio. El portugués José Luis Peixoto se quejó de que, como brasileño, no tiene un lugar fijo en el mundo literario. No lo invitan como caribeño ni como latinoamericano ni como hispanoamericano y, encima, habla portuñol. La twittera mexicana Cristina Rivera Garza, quien vive en la periferia, y no solo literariamente (vive en California), dice que la frontera ya no es un lugar sino un espacio virtual. No se habla de libros sino de escritura. Paco Ignacio Taibo, más prosaico, declaró que no podía hablar mal de los editores, los culpables de la marginación porque “los escritores no le importamos a nadie”. El infotografiable José Ovejero pateó el tablero al decir que estaba harto de que en las mesas de escritores se hablase siempre de editores y dijo sentirse muy feliz navegando entre las márgenes literarias donde viven los escritores que viven en libertad. Coincidió con ella la ecuatoriana Gabriela Aleman, feliz de escribir desde un país casi borrado del mapa literario con absoluta libertad.
Edmundo Paz Soldán dio una vuelta de tuerca interesante al hablar de otras fronteras literarias, es decir la frontera de los géneros. “Yo quiero escribir una novela de ciencia ficción” anunció y habló del gran modelo latinoamericano de novela de ciencia ficción que es Los Pichiciegos de Fogwill. Un paso de avanzada de un autor como Paz Soldán que, en medio de tanto folklorismo latinoamericano, usa iPad.
El futuro, señores míos, es la verdadera frontera.
(Tomado de http://ivanthays.com.pe/post/576676940)
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Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
que sonríe cómplice de amor...
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