Fuimos a Eterna Cadencia a escuchar un homenaje a Tomás Eloy Martínez. Las alabanzas no fuern espectaculares, pero me fui con la deuda segura de tener que leer sus novelas. La novela de Perón la tenía mi mamá en su biblioteca, tendré que rastrear dónde quedó esa parte de mi herencia.
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