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inútil decir más, nombrar alcanza
Me lo decían en la infancia.
Como no me morí, no pude comprobarlo.
En cambio sí sé, me consta, que hay palabras que viajan.
Aunque calle la boca que las nombró, esas palabras vagan por los cuatro rumbos del mundo.
Idea Vilariño fue un arbolito que creció al revés, con las raíces al aire.
El arbolito ya no está, pero de sus raíces se han desprendido palabras de rara hermosura.
Esas palabras, dolidas y dolientes, andan por los caminos del aire.
Van en busca de queridos y querientes. Eduardo Galeano
Buscamos
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en un gemido.
///
Un pájaro me canta
y yo le canto
me gorgojea al oído
y le gorgojeo
me hiere y yo le sangro
me destroza
lo quiebro
me deshace
lo rompo
me ayuda lo
levanto
lleno todo de paz
todo de guerra
todo de odio de amor
y desatado
gime su voz y gimo
ríe y río
y me mira y lo miro
me dice y yo le digo
y me ama y lo amo
-no se trata de amor
damos la vida-
y me pide y le pido
y me vence y lo venzo
y me acaba y lo acabo.
Falleció la poeta uruguaya Idea Vilariño… Se nos fue la que nunca le tuvo miedo a la muerte…La que en los adioses decía: Morirse / no morirse / y estarse triste repartiendo adioses / Moviendo / adiós / apenas / el pobre corazón como un pañuelo”.
Claro que la poeta habla de La muerte, -que en realidad es médula de casi todo ser en poesía, alguien escribió en el periódico Marcha-, no se da en ella como pálida y entristecida presencia; no es la muerte que habita un mundo gris y sin matices, un aire enclaustrado y opaco, una muerte funeral. Es la muerte floreciendo en plena vida, la muerte enlazada al más agudo éxtasis erótico, la muerte encendida y ardiendo en el poderoso instante del deseo consumado. La muerte y el erotismo, para decir verdad son sus constantes, las constantes en la poesía de Idea Vilariño. La plena vida y a la vez, la conciencia de su fugacidad…
Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con todo lo que tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
Desde una noche ciega
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
como a la muerte
amor
como a la muerte.
Idea nació en 1920 publicó su primer poemario, “La suplicante”, en 1945, cuando tenía 25 años. Entre sus obras posteriores se destacan “Pobre mundo”, “Nocturnos” y “No”, de éste último libro son los poemas que acabás de leer…. La editorial Cal y Canto editó, no hace mucho, editó “Poesía completa”, un volumen en el que se dieron a conocer nuevos poemas, algunos que habían quedado dispersos en revistas y diarios, otros que la poeta había guardado para sí y que se imprimieron por primera vez en esa edición.
Según cuentan sus biógrafos, Idea Vilariño fue una figura algo misteriosa, pero sus poemas son para los uruguayos y uruguayas una seña de identidad. Y para los y las enamoradas sin correspondencia otro tanto. Sus Poemas de amor, sus Nocturnos, las canciones… han acompañado de una manera a veces secreta, unánime y pública las vidas de varias generaciones de lectores. Los Olimareños popularizaron un poema épico de Idea que se llama “los orientales”, junto a Alfredo Zitarrosa compuso “El poema y la canción” y con Daniel Viglietti “A una paloma” aquella que dice:
Palomita blanca, / vidalitá, / de ojito rosado, / antes te cantaba,
vidalitá, / como enamorado.
Palomita linda, / vidalitá, / palomita triste,
qué poco te queda, / vidalitá, / de lo que antes fuiste.
Palomita flaca, / vidalitá, / de piquito hambriento,
todas las plumitas, / vidalitá, / te las llevó el viento.
Es un viento malo, / vidalitá, / es un viento frío,
te dejó sin plumas, / vidalitá, / y el buche vacío.
Palomita zonza, / vidalitá, / de piquito bobo,
cuidá de tu nido, / vidalitá, / que anda suelto el lobo.
Pobre palomita, / vidalitá, / de vuelo perdido,
si no le hacés frente, / vidalitá, / te deshace el nido.
Palomita linda, / vidalitá, / palomita fea, / aprontá el piquito,
vidalitá, / para la pelea.
Palomita enferma, / vidalitá, / de alita quebrada,
si no sacás fuerzas, / vidalitá, / te quedás sin nada.
Palomita negra, / vidalitá, / de piquito rojo,
crecé, palomita, / vidalitá, / sácale los ojos.
Crecé tus alitas, / vidalitá, / crecé el corazón,
crecé, palomita, / vidalitá, / y volvete halcón.
También dicen sus biógrafos que su vida no exhibe grandes aventuras, alguien capaz de escribir al amor como Idea ha escrito, -pienso-, y con su compromiso en la lucha por cambiar el mundo, ¡grandes aventuras debe haber vivido!, -me digo, contrariando a alguno de sus biógrafos-.
Fue una persona discreta y recogida, dicen, pero la poesía que escribió permite ver la intensidad con que vivió.
Juan Gelman dijo una vez que Idea "es una palabra de hueso a la intemperie,
calcinada por los soles del amor y del dolor".
Y así sonaba-suena-sonará su propia voz.
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