El placer de bloguear
Cómo me empelota que gente que admiro me desilusione. Dicen que para no desilusionarse no hay que ilusionarse. Qué pelotudez!!! Lo único peor que desilusionarse me parece no ser capaz de ilusionarse.
Publicar un comentario
No hay comentarios:
Publicar un comentario