Con sus risas y sus gritos en guaraní sobre los andamios, con sus pedazos de canciones repetidas, con sus pedidos de materiales y sus horarios para comer y para limpiar lo que cae en mi patio.
(Romantizando el ser "la que no trabaja", "la que está siempre en casa" y mis ganas de que terminen de revocar de una vez y me arreglen mis puertas y me tiren abajo los muritos que sobran y me hagan la vereda con bajada de auto)
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