Están revocando todo el muro de les vecinos que da sobre mi pasillo. El albañil, un simpático que me dice Buen día, Paula y Gracias, Paula, le grita a su cumpa: Pásame el fratacho. Y me trae una plaza con artesanes, mijito bebé y un títere verde que repetía función varios findes mientras armábamos nuestro puesto: Mi nombre es Fratacho, cantábamos después durante toda la semana.
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