Madame Decourcelle, la primera mujer taxista en 1909
Madame Decourcelle fue una pionera en un campo dominado por hombres a principios del siglo XX. Su decisión de convertirse en taxista en París en 1908 fue un acto audaz y desafiante para las normas sociales de la época.
Antes de obtener su licencia de taxi, Decourcelle ya había trabajado como cochera, lo que le dio una ventaja en un entorno dominado por hombres. Al obtener ambas licencias, se convirtió en un símbolo de empoderamiento femenino y demostró que las mujeres podían desempeñar cualquier trabajo, sin importar las expectativas sociales.
Su aparición en las calles de París como taxista generó gran curiosidad y admiración. A pesar de las dudas iniciales, su profesionalismo y determinación pronto le ganaron el respeto de sus colegas masculinos y del público en general.
Decourcelle abrió camino para que otras mujeres siguieran sus pasos. Poco después de que ella obtuviera su licencia, varias mujeres más se animaron a convertirse en taxistas, demostrando que el camino estaba allanado para las mujeres en profesiones tradicionalmente masculinas.
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