lunes, 15 de noviembre de 2021

Se vive y se traduce

 

Hace treinta años que estoy sentada traduciendo o eso me parece a veces, aunque es cierto que de vez en cuando salgo a dar una vuelta. La vida mientras tanto transcurre. Muchas de las sensaciones, ideas y falta de ideas, dolores de espalda, risas y sorpresas que me produce la tarea de traducir las fui anotando en papelitos, en mi blog, en mails, en un cuaderno de tapa naranja. Y un día tuve la peregrina idea de que esas notas podían editarse hasta volverse libro y a Editorial Entropía le pareció que sí, y me ayudó inspiradamente en la tarea y -- bueno, acá está el libro. Me significa muchísimo por esto y por lo otro.
Estoy muy muy pero muy agradecida con Entropía, con Ezequiel Zaidenwerg que escribió una contratapa amorosísima y con toda la gente querida que está dentro del libro y a quienes menciono en la última de estas fotitos.
(En librerías hacia fines de la semana que viene.)

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