En los momentos previos al viaje o allá cuando deseaba fervientemente ser teletransportada de inmediato a mi casa, pensaba en que siempre deseé y sigo deseando ser reconocida como escritora (este viaje mismo fue como académica) y recorrer el mundo presentando mis libros. Cómo voy a hacer eso si me cago en las patas cada vez que tengo que ir a Azul, a Mar del Plata o a Madrid. Entonces pensaba en la próxima vez que estuviera en Sevilla y en los lugares a los que volvería y todo el tiempo que me quedaría en la plaza escuchando a los músicos callejeros y a las bailaoras zapateando sobre madera tirada sobre las baldosas.
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