lunes, 19 de octubre de 2015

Pancito con chicharrón

Por la forma de golpear las manos o porque lo ando esperando aunque diga que no, pensé que era mi ex. Yo estaba en la última última página de una novela genial (Desubicados de María Sonia Cristoff) y no tenía ganas de levantarme a abrir. Pero insistía. Cuando me asomé por la ventana pensé que era el cartero con su bicicleta y su canasto. Cuando salí el hombre me dice "¿Pancito con chicharrón, doñita?" Y ya que había salido le dije qué sí. "Qué hermosos ojos tiene, eh, perdón, qué hermosos", me dijo y "¿Usté cree que va a seguir lloviendo?". Rico el pancito.

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