Yo no sé si él es tan nada porque no puede ser tan todo como yo le pido o si, porque es tan nada, a mí me sirve para pedirle todo porque total no hay riesgo, total siempre me vuelve a hablar y a mirar con su cara de deseo lejano, su admiración por mí cuando no me tiene, cuando no le doy poder para tocarme ni influir en mi vida. Debería yo conformarme con eso, amar su siempre volver a desearme en hipótesis, en posibilidad, debería yo esquivar la concreción de nada con él como se esquiva la pisada en el hielo que te tira en el agua congelada. Deberíamos ser platónicos.
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