jueves, 16 de julio de 2015

Vista encantadora y siempre nueva de lo que uno ha visto mil veces


En su diario personal, el historiador Jules Michelet escribió, el 22 de mayo de 1857: “Para el que no está hastiado, el solo contacto de la persona amada, el sentimiento de su carne, de su calor, la vista encantadora y siempre nueva de lo que uno ha visto mil veces, esas castas familiaridades, las constantes ocasiones de asistir a los momentos escondidos, a la higiene personal, a las funciones obligadas del cuerpo, todo eso, a cada instante, arroja chispas. Es el condimento de la vida, el azúcar y la sal, y más aún, su penetrante perfume, que la envuelve como un hechizo. Es fuente inagotable de rejuvenecimientos imprevistos, de despertares de la languidez, de olvidos de la fatiga. Para la erección inventiva, alcanza con que por la mañana la haya besado en los pechos, en la grupa o en el pie”.


http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-276661-2015-07-09.html

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