jueves, 16 de julio de 2015

El reencuentro siempre peligroso

En tanto sea sólo el fantasma del hombre el que reine en la escena sexual, el objeto no es más que un objeto –“Cuanto menos amor hay, mejor se coge”– que se intercambia de buen grado, en tanto el tiempo prolongado vivido con “la misma” corre el riesgo de la alteridad, de ver surgir las expectativas de otra psique y, por lo tanto, de perturbar el programa idéntico a sí mismo que se fija para sí el fantasma. La llamada naturaleza “poligámica” de los hombres no es sólo la consecuencia de una pulsión que no tiene otro fin que la satisfacción: es también el correlato de una sexualidad que evita el reencuentro siempre peligroso con el otro sexo.


http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-276661-2015-07-09.html

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