lunes, 27 de abril de 2015

Pobre mi señor

No sé a título de qué titulo así este post, pero saben por dónde me va la pelotudez cuando se trata de Gus. La cosa es que ayer la pasé tan pero tan bien que todo el tiempo sentía que qué alivio que él no esté. Yo subo las patas arriba de la silla, yo le sonrío a todo el mundo, yo saludo al organizador que es un escritor que me gusta, yo hablo con Edi, yo escucho poetas y narradores, yo muevo los brazos como loca para que me vea una compañera de facu que está adelante, yo me hago la pobrecita con mis muletas y llamo la atención.
Y todas estas pequeñas delicias de la vida, con él, con él al lado, son imposibles.

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