martes, 14 de abril de 2015

Cataratas de Vanoli

Hoy firmé contrato con Penguin Random House para la publicación de mi novela Cataratas, en la que estuve trabajando por más de tres años. Supongo que estará disponible en noviembre. Susana, la señora encargada de asuntos legales, me dijo que siempre que se firmaba por una novela se ponía contenta y me preguntó si el título se debía a la enfermedad ocular o a las cataratas del Iguazú. Respondí que a las dos cosas; que a esta altura, y al menos para mí, ambos fenómenos estaban vinculados. Susana me miró con cierta sorpresa; una de las chicas de la oficina hizo un comentario. "Supongo que también es sobre la desesperación", dije, y me puse a dibujar mi firma en cada una de las hojas; la verdad que ninguna se parecía demasiado a la anterior pero nadie se hizo ningún tipo de problemas, yo debía parecer muy concentrado. Decido a ser menos abstracto, al terminar abundé en que también trataba sobre la experiencia académica, sobre el CONICET; está claro que la aclaración fue una bruma oscura en el ambiente, uno de esos ruidos que se escuchan de vez en cuando y consiguen que uno suspenda sus actividades por unos segundos hasta que los incorpora en aquello que los fenomenólogos llaman el fluir de la vida cotidiana. Nos saludamos con alegría y urbanidad, salí a las calles de San Telmo. Tenía que entregar un sobre.

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