jueves, 22 de enero de 2015

De terror en el sanatorio

Una de las tres noches que pasé internada me hice dejar la tele prendida en Isat y yo sin el control remoto que había que retirar de administración con 100 pe de seña. No me animaba a llamar a la enfermera para que me cambie de canal y a mi compañera de cuarto le habían dado recién el alta y se había ido.
Fue así que me tuve que fumar, de a ratos me tapaba la cara con la sábana para intentar dormirme, un gomón de esos que inician con familia que se muda a casa vieja y niña que ve gente muerta. No me acuerdo el título de la peli. Era con esclavos negros que, en vez de ser ayudados a escapar por el dueño de casa a quien se creía una buena persona, eran disecados como animales y, por supuesto, esperaban en espacio subterráneo a que sus cuerpos fueran descubiertos y sus almas liberadas.

Cuando después de ésa empezó Piraña, llamé urgente a la pobre enfermera para que me apagara la porquería de tele.

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