miércoles, 26 de noviembre de 2014

La gran novedad

Que yo lo quise no es novedad. Que puedo volver a quererlo me sorprende pero no tanto, nunca pude odiarlo, siempre necesité más de él. Lo nuevo nuevo es que él me quiere, me quiso siempre. Ya sé que es una pavada, que quizás todos lo hayan visto antes que yo pero yo misma me sentía tan poco amada... Siempre decía que yo sabía qué era amar pero no sabía cómo era sentirse amada. No voy a llamarme ingrata pero casi. Él me quiere, siempre me amó. Y 10 años después veo hacia atrás sus gestos desesperados, sus modos torpes de demostrármelo, de hacer conmigo lo que él quería sin entender cómo nos destrozábamos.

Un ejemplo tonto: Ayer, hablando con Silvana (suelo tener epifanías hablando con esta mujer)de su propia pareja, del irse o el quedarse en el momento de la crisis, de la pelea, yo estaba diciendo que envidiaba a las parejas que podían discutir y quedarse, que yo odiaba el modo de él de abandonarme, de jugar con mi pánico a perderlo en vez de agarrarnos a piñas. Y en el momento mismo en que se lo decía a Sil, lo vi quedarse, no irse sino quedarse, a él, a quien yo llamé abandónico durante tantos años, lo vi quedarse en su auto, en el garage, en el piso en construcción de arriba, quedarse ahí porque estábamos peleados, quedarse. Y no lo pude creer.

Quizás por eso escribo acá o donde sea: las verdades se me diluyen si no las fijo.

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