La escritura es un territorio de experimentación con (y entre) las líneas de un saber que extermina y domestica, de una lengua que nos hiere, que nos toca, que nos hace y deshace, por eso constituye una estrategia de sobrevivencia y
resistencia. Una táctica de hurtarle al estado, el capital, la misoginia, la heterosexualidad, el racismo, nuestra capacidad de pensarnos y decirnos.
Parafraseando a Audre Lorde, la escritura no es un lujo… es un territorio sensible
en el que algunxs nos jugamos la vida.
valeria flores.-
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Charla convocada por el Grupo de Micropolíticas de la Desobediencia Sexual en el arte,
LabIAL. Facultad de Bellas Artes de la UNLP. Martes 15 de julio del 2014.
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