lunes, 13 de enero de 2014

Mi madurez

Cuando tenía 17 o 19 decía:

Mi tristeza es una ampolla gigante
que jamás me animo a reventar.

Ahora te hago un pataleta de los mil demonios, te tiro todo al piso, te grito que sos un sorete y, aunque me llene de angustia, ando con cara de culo hasta que pidas perdón.

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