…el objetivo de la “revolución sexual” de los años 20 era acabar con el feminismo, el odio hacia los varones, el lesbianismo y la soltería de las mujeres –los grandes fantasmas de los hombres de ciencia- y lograr la participación entusiasta de las heterosexuales y, de ser posible, de todas las mujeres en el coito. Se confiaba en que el placer sexual que alcanzaran las mujeres a través de esta práctica la sometería a su marido, tanto en el matrimonio como en otros ámbitos de la vida. Hubo una considerable presión para convencer a la mujer de las ventajas de la postura del misionero en la relación heterosexual, con el fin de guiar su placer hacia la subordinación. Y las jóvenes heterosexuales aceptaron de buen grado esta desviación, como apunta Smith-Rosemberg:
“Al sacar de su contexto político y económico los derechos de las mujeres, se logró convertir en símbolo de la libertad femenina la búsqueda de los placeres heterosexuales de la hija y no ya la reivindicación del poder político de la madre.”
La estigmatización del lesbianismo era un arma poderosa para confinar a las mujeres a la heterosexualidad. La paria lesbiana era el complemento necesario de la entusiasta ama de casa heterosexual.
Jeffeys, Sheila. La herejía lesbiana: Una perspectiva feminista de la revolución sexual lesbiana
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