sábado, 26 de octubre de 2013

Peor el remedio que la enfermedá

Estuve tan loca esta semana, tan descolocada, tan depre, tan triste, tan jodida (aunque casi nadie lo notara, ojo, dije casi) que me puse a pensar si realmente no será de malcogida (ni se les ocurra usar la palabrita freudiana porque les tiro con algo). Pensé que, menopáusica o pre o en edá de ¿merecer? ¿recaer? ¿reiniciar?, quizás necesitaba darle una oportunidad a eso de unir sexo-amor-amistad.
He dicho. Digo: Hacerme ilusiones con. Retomo: Pensar en que es posible eso en lo que digo que creo pero que nunca me salió del todo bien (no, al menos, mientras tuve los ojos abiertos y ningún deseo de autoengaño).

Bueno, eso. Lo pensé por un momento. Ahora casi sé que no, que es imposible.
O que todavía no, ¿o ya no? ¿o no con él?

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